La Vía de Edgar Morín:
Edgar Morín, buscaba soluciones que no fueran meros parches. Creía que la crisis no es solamente económica, sino de ámbito mucho más amplio, una crisis de valores que exige reformas más profundas y generalizadas.
Las reformas:
Morín pasa a analizar los aspectos más problemáticos de la realidad y propone, para cada uno, una lista de reformas. En ocasiones concreta con detalle esas propuestas reformistas y otras veces apunta nada más el camino que deberíamos transitar. He aquí un intento de nombrar lo más significativo. Insiste en ideas como la comunidad de destino de la Humanidad, que nos llevaría al concepto de Tierra-Patria, a ser ciudadanos del mundo sin tener que renunciar -explica Morín- a las patrias particulares, pero con instituciones supranacionales dotadas de poderes efectivos para prevenir guerras, para establecer normas ecológicas y económicas, para luchar contra las desigualdades, para regular los flujos migratorios… Insiste también en que en nuestra civilización restauremos las redes de asistencia y solidaridad perdidas, tan presentes en sociedades del Sur, porque el Estado del Bienestar es indispensable pero no suficiente. Defiende una política ecológica basada en las energías renovables, en transportes menos contaminantes; peatonalización de las ciudades, desarrollo de las agriculturas tradicionales y biológicas. También explica cómo disminuir las desigualdades Norte-Sur, qué tenemos que tener en cuenta para intervenir en el Sur o, mejor dicho, intercambiar con ellos. Habla hasta de Medicina. Alaba los grandes avances de la medicina occidental, pero critica que relegue a las otras, que hagamos poco caso a las causas psíquicas de las enfermedades y, sobre todo, la hiperespecialización: es el médico generalista el que tendría que estar en la cúspide para tratar a la persona en su contexto, no a un determinado órgano. Propone la utilización de genéricos contra los precios prohibitivos, descentralización, fomento de la hospitalización a domicilio y, en general, una mayor humanización de la Medicina.
Los nuevos temas de la sociología contemporánea:
Pierre Bourdieu fue uno de los sociólogos más esenciales de la tradición francesa, Este grande pensador sostuvo varias obras pero no simplemente vamos sobre la problemática de la educación, del capital cultural, de los juicios de gusto, del campo cultural, los modos de reproducción de la dominación, sino que también vamos a tener la oportunidad de encontrarnos con un hombre que atravesó gran parte de los debates políticos, filosóficos, sociales y estéticos ,profundamente la obra de Lévi-Strauss, que fue parte del debate del estructuralismo, pero que no simplemente construyó una carrera académica, ni tampoco fue el mandarín típico de la academia francesa, sino que fundamentalmente siempre se vio a sí mismo como un provocador, como alguien que intervenía en las cuestiones políticas, sociales y culturales de la Francia de su tiempo. Bourdieu reflexionó hondamente en lo que él denominó la dominación simbólica, ese mecanismo a través del cual, el dominado es parte también del dispositivo de la dominación. Atravesando la escena pública, fue un intelectual en la tradición de Sartre, en esa gran tradición francesa inaugurada por Voltaire, el hombre que toma la palabra para discutir las injusticias de su tiempo.
La sociedad del riesgo:
Es la síntesis sociológica de un momento histórico del período moderno, en el cual éste pierde sus componentes centrales, provocando una serie de debates, reformulaciones y nuevas estrategias de dominación. Se trataría de una sociedad posindustrial, en el sentido en que las matrices básicas de la Modernidad y su misma correlación de fuerzas han cambiado sustancialmente. El primer teórico que habló de este cambio fue Beck, quien en su libro La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad (1986) expuso una serie de cambios que no estaban siendo advertidos por las ciencias sociales y que afectaban notablemente a las nuevas generaciones. Beck tomó un hito simbólico que usó para explayarse a otra serie de transformaciones. Se trataba del desastre de Chernobyl, el cual habría mostrado simbólicamente el límite de la modernidad. Posteriormente se anotaría otra fecha: la caída del muro de Berlín.
La Tercera Vía de Anthony Giddens:

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