SOCIEDAD CULTURA Y COMUNICACIÓN onceava semana

El sistema de cultura de la sociedad:

La Cultura y la Sociedad no están ajenas a la conformación que efectúan los procesos históricos. Pero aclaremos, cuando hablemos de Cultura o de Sociedad nos remitimos a nuestro mundo occidental. Encontramos que los romanos denominaban cultura a la educación propia de cada hombre. Los griegos le llamaban al mismo fenómeno paideia. Este verdadero perfeccionamiento "espiritual" era la diferencia por excelencia con el resto de los seres vivos. Y como cada sociedad "tasa" en cierta manera al mundo que la rodea con el aquí y el ahora, vemos lo traslaticio en el hecho de proyectar su propio mundo agrícola – el trabajo del hombre con el suelo en su proceso de transformación de la naturaleza – al mundo humano. Ser culto era estar cultivado por ciertas "artes".

LA CULTURA
La cultura es un sistema de comportamiento que comparten los miembros de una sociedad. Y una sociedad es un grupo de personas que participa de una cultura común.
Todos los elementos culturales pueden dividirse en rasgos y complejos culturales. Un rasgo es la más pequeña de las unidades culturales. Un conjunto de rasgos estructurados en un sistema unitario da lugar a un complejo cultural.
Se puede hablar de universales, alternativas o especialidades, según que un rasgo cultural sea común, de carácter electivo o pertenezca únicamente a un grupo social. Cuando un grupo manifiesta un elevado número de rasgos y complejos culturales especiales se habla de una subcultura.
La cultura no procede la naturaleza biológica del hombre, sino que es un producto humano.
El ser humano posee muy pocos instintos, y por eso ha tenido que inventarlo casi todo. Así fue acumulando experiencias valiosas, producto de múltiples tentativas, éxitos y fracasos.
Esas experiencias se vieron sometidas a un proceso de externalización y objetivación, y así se fueron sedimentando. Las experiencias objetivadas sufren un proceso de institucionalización: son fijadas definitivamente mediante un sistema de pautas y sanciones. Todo está institucionalizado y todo rasgo o complejo cultural es una “institución”.
El buen funcionamiento de una sociedad requiere que las instituciones sean respetadas y mantenidas. Así consiguen su legitimación. Los modos de legitimar son muchos: a veces basta crear un vocabulario correspondiente o breves frases y refranes. Así surgen teorías y explicaciones amplias.
La mejor legitimación consiste en la creación de universos simbólicos que justifican en bloque todo el sistema social: son las mitologías primitivas y las ideologías.


La sociedad:


Bastaba haber descrito lo que es la cultura para tener una descripción de sociedad. Esto podría valer para las sociedades primitivas. En las sociedades modernas no sucede lo mismo: forman un complicadísimo entramado que los sociólogos estudian mediante tres términos clave: posiciones, papeles (roles) y status. Es común en la literatura comparar la sociedad con un gran teatro. La alegoría es sugestiva. A cada actor se le asigna un puesto (o “posición”). Si hacemos la traslación a la sociedad diremos que todos ocupamos una posición social. Todos ocupamos varias posiciones sociales, y su conjunto permite definir quiénes somos. Cada posición social supone todo un sistema de relaciones o segmentos de posición. Algunas posiciones son asumidas sin esfuerzo alguno, pero otras son adquiridas por medio de elección, esfuerzo… y competencia con otros. En todas las culturas las posiciones sociales están fuertemente institucionalizadas mediante la asignación de papeles o “roles”. Varían según los segmentos de posición y las culturas. Todos tenemos que interpretar nuestro papel tal y como los demás esperan que lo interpretemos. Si alguien no cumple su rol se verá marginado y sancionado. El cuadro muestra que predominan las sanciones negativas sobre las positivas. El prestigio dentro de la jerarquía social constituye el “status”. A cada posición social le corresponde un status determinado que se suele manifestar mediante signos inequívocos: prestigio, aprecio…El status correspondiente a cada posición puede variar según las culturas o épocas.


Interacciones sociales:

Es el fenómeno básico mediante el cual se establece la posterior influencia social que recibe todo individuo. Podemos hacer un resumen de las relaciones básicas estudiadas por la Psicología social:

Relaciones persona-persona:
 
-Interacción social: existe influencia mutua entre dos personas.

Relaciones persona-grupo:

-Conformidad: la persona recibe influencia del grupo
-Liderazgo: la persona influye sobre el grupo

Relaciones grupo-grupo:

-Conflicto (generalmente motivado por la competencia)
-Cooperación

La conducta social depende de la influencia de otros individuos y la interacción social es una de las claves de este proceso. Si la conducta social es una respuesta al estímulo social producido por otros, incluidos los símbolos que ellos transmiten, la interacción social puede ser concebida como una secuencia de relaciones estímulo-respuesta. La conducta de una persona es el estímulo para la respuesta de otra, que a su vez, siguiendo la secuencia, pasa a ser luego el estímulo de la respuesta siguiente de la primera persona. Las interacciones regularizadas de este tipo constituyen la base de muchos de los hechos de influencia que ocurren dentro de las sociedades. Podemos decir que la Respuesta (conducta) es proporcional tanto a la actitud como al Estímulo. Así, la influencia social ha de materializarse en un cambio en nuestra actitud personal debido a que todo estímulo producirá un efecto (o respuesta) que podrá grabarse en nuestra memoria. Mediante este proceso simple y básico, se va conformando nuestra personalidad individual. La interacción social nos proporciona patrones visuales que nos ayudan a situarnos en nuestro entorno.


La cultura como diversidad y conflicto:

La ubicación del conflicto dentro de las sociedades occidentales, caracterizadas por la pluralidad en lo privado -auténtico pluralismo de intereses- y por la homogeneidad en lo público - también auténtico monoteísmo de valores: Estado-nación y mercado determinan el marco cultural, valorativo por tanto, propio de las culturas nacionales de dichos Estados. A pesar de la especificidad de cada cultura nacional, todos estos Estados occidentales presentan como denominador común sus consabidas raíces clásico-cristianas y una común evolución en lo que respecta a la impronta que la corriente demoliberal significó para las mismas. Igualmente, aun con variantes, experimentaron los efectos del nacionalismo y se sumaron al proceso de integración social a través del estado del bienestar. La internacionalización económica, informativa y laboral, sin embargo ha puesto en peligro la estabilidad de tales Estados al tiempo que la homogeneidad interna se está desmoronando. El déficit de democracia que atañe a la participación y representación de ciertos grupos ha devenido en la reivindicación con connotaciones un tanto problemáticas por parte de ciertos colectivos, diferenciados, en cuanto que son los principales y directos perjudicados. El mismo queda manifiesto y traducido en crisis de legitimidad en el sistema político y en crisis de racionalidad en el sistema económico, conceptuados ambos en la teoría de Habermas, entre otras. Al mismo tiempo, una serie de grupos étnicos que permanecían en el Estado nacional, bien soterrados, bien relegados a ejercer su particularidad cultural en la esfera privada, han incrementado el número de reivindicaciones formuladas a los poderes públicos, con la pretensión de hacer valer su diferencia en las instancias políticas.



Medios de comunicación:

Son instrumentos en constante evolución. Muy probablemente la primera forma de comunicarse entre humanos fue la de los signos y señales empleados en la prehistoria, cuyo reflejo en la cultura material son las distintas manifestaciones del arte prehistórico. La aparición de la escritura se toma como hito de inicio de la historia. A partir de ese momento, los cambios económicos y sociales fueron impulsando el nacimiento y desarrollo de distintos medios de comunicación, desde los vinculados a la escritura y su mecanización (imprenta -siglo XV-) hasta los medios audiovisuales ligados a la era de la electricidad (primera mitad del siglo XX) y a la revolución de la informática y las telecomunicaciones (revolución científico-técnica o tercera revolución industrial -desde la segunda mitad del siglo XX-), cada uno de ellos esenciales para las distintas fases del denominado proceso de globalización. El propósito principal de los medios de comunicación es, precisamente, comunicar, pero según su tipo de ideología pueden especializarse en; informar, educar, transmitir, entretener, formar opinión, enseñar, controlar, etc.


Los medios de comunicación pueden tener fines:

Positivos:

Las características positivas de los medios de comunicación residen en que posibilitan que amplios contenidos de información lleguen a extendidos lugares del planeta en forma inmediata. Los medios de comunicación, de igual manera, hacen posible que muchas relaciones personales se mantengan unidas o, por lo menos, no desaparezcan por completo. Otro factor positivo se da en el ámbito económico: quien posea el uso de los medios puede generar un determinado tipo de consciencia sobre una especie de producto, es decir, puede generar su propia demanda, ya que los medios muchas veces cumplen la función de formadores de opinión. Entonces, visto desde el ámbito empresarial, es un aspecto ampliamente positivo al hacer posible el marketing y anuncios para el mundo.

Negativos: 

 
Las características negativas recaen en la manipulación de la información y el uso de la misma para intereses propios de un grupo específico. En muchos casos, tiende a formar estereotipos, seguidos por muchas personas gracias al alcance que adquiere el mensaje en su difusión (como sucede al generalizar personas o grupos).








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